Dia 23 y 24:
Hoy nos hemos levantado temprano para ir a desayunar, a eso
de las 6:30 de la mañana , porque teníamos muy temprano el inicio de la
excursión. Después de un rápido desayuno nos ha venido a recoger una furgoneta,
en las que había ya unas 7 personas. Con
la furgoneta hemos recorrido como trescientos kilómetros para llegar a nuestro
primer destino, un museo de la segunda guerra mundial. David y yo no hemos
entrado, simplemente hemos visto algunas reliquias que tenía el museo fuera y
luego nos hemos ido a ver el puente sobre el rio Kwait. De camino a ver el
puente nos hemos encontrado con un señor que tenía un leopardo. El leopardo era
guapísimo y a mi que los animales me encantan, pues tuve que parar, pagar y
hacerme unas fotillos dándole de comer al pequeñín. Son de estas cosas que
dices que no pagas por ellas, pero para mi si me merece la pena pagar y tenerlo
en mis manos aunque solo sea un ratillo. Una vez echado el rato muy muy agradable con el leopardo, proseguimos
nuestro camino hacia el puente.
Después de cinco minutos andando llegamos al famoso puente
sobre el rio Kwait. El puente es de la portada de la película “El puente sobre
el rio Kwait” .Fue un puente para la línea de ferrocarril que crearon los
japoneses con mano de obra sobre todo de prisioneros ingleses, americanos y
holandeses, para unir Tailandia y Myanmar(antigua Birmania). Una vez visto el
puente nos montamos en un tren, bastante antiguo, y recorrimos el puente y sus
vías durante una hora y media. Por el camino también pasamos por un precipicio
por el que parece que el tren se puede
caer en cualquier momento. Estuvo curioso el viaje.
Después de bajarnos del tren nos fuimos a comer comida
tailandesa(picante pero rica), y luego nos fuimos a ver una cascada, que si la
comparamos con la que vimos en Myanmar era una Full. Será que a mi no me
impresionó o que la de Myanmar me encanto al estar en medio de la jungla y no
haber apenas nadie por allí. Esta sin embargo no era tan grande, estaba cerca
de la carretera por la que llegamos y encima había un montón de gente
bañándose.(Yo también me bañé). Transcurridas una hora y media, nos vinieron a
recoger y pusimos rumbo al que sería nuestro hotel.
Vaya hotel ¡¡¡,es para verlo. Os lo describo un poco. Son
tablas atadas con bidones, sobre el rio, porque el hotel esta flotando. El
hotel es como un barco de tablas. Sobre el se levantan unas habitaciones de
chapa, tanto el tejado como las paredes. El grosor que separa a las
habitaciones puede ser de un milímetro tranquilamente. El cuarto de baño no
tiene tuberías, ósea cagas directamente sobre el rio, eso sí, en un inodoro,
que esta sobre-puesto en las tablas que hacen de base. Cuando abres el grifo,
¡Cuidado¡ . Pues toda el agua que caiga por el agujero del lavabo irá a tus
pies descalzos que están debajo cuando te lavas las manos jejej. Ya lo dije
antes, las tuberías no existen en este hotel. Y digo pies descalzos porque para
andar por todo el hotel, incluida las habitaciones, tienes que estar descalzo.
Bueno, una vez descrito, diré que el hotel al final me
pareció amigable, curioso y divertido
,ya que nunca había dormido en un sitio como este.
Después de asentarnos en el hotel cenamos Davis y yo, con
una francesa, un francés y un ingles, (parece el inicio de un chiste) ,que se
hospedaron esa noche allí también.
Una vez acabada la rica cena nos fuimos a acostar, ya que
sin luz por los alrededores no podíamos hacer gran cosa.
PS: se me olvidó comentar que el hotel si tenía aire
acondicionado.
Al día siguiente nos levantamos muy tempranito, y nos
prepararon un rápido desayuno y después nos fuimos a montar en una canoa de
bambú. Lo de la canoa de bambú consiste
en que una barca con motor sube la canoa contracorriente y luego nos deja caer
con ella. Vamos, lo que viene siendo una tontería para gastar un poco el tiempo
de la excursión.
Después de “el
descenso “ en canoa, nos fuimos a hacer
un trekking con elefantes. Antes de montarnos en elefantes estuvimos jugando
con unos monetes que había allí. No veas
lo hijos de puta que son. Solo querían morder la zapatillas y desatarte los
zapatos. No nos atrevimos a tocarlos ninguno(ni David, ni el frances, ni el
ingles, ni la francesa ni yo) , yo creo que si los tocabas te mordían, porque
siempre se te tiraban, menos mal que tenían una correa que les impedía avanzar
más de los que quisieran.
Después de jugar con los monetes nos montamos en los
elefantes. Había 4 elefante, bueno cinco pero uno era una cría, todos se
montaron en un elefante menos David y yo que nos montamos juntos en el elefante
mas grande que había. Los elefantes tienen una piel súper rugosa y unos pedazos
de pelos que pinchan un montón. El treking que hicimos fue corto pero estuvo
chulo, ya que pasamos por sitios de difícil acceso, nos metimos en el río, y
les dimos de comer unas especies de alubias jejej. Después de realizar este
bonito treking con los elefantes no fuimos a comer y luego al museo Hellfire
pass. Y preguntareis que qué es el Hellfire pass, pues os voy a contar la
historia que leí allí y que antes no sabía pero que es muy interanse.
Historia: Los japonés en la segunda guerra mundial querían
invadir india. Para ello parte importa era crear una linea de ferrocarril entre
Myanmar (Birmania) y Tailandia. A esta línea de ferrocarril la llamaron el
ferrocarril de la muerte, porque en ellas se utilizaron mano de obra
esclava(tanto prisioneros aliados(60000) como campesinos de Myanmar y Tailandia(180000))
y en su construcción murieron más de 70000 hombres . 12.000 aliados y 60000
campesinos. Las jornadas de trabajo llegaban a ser de 18 sin descanso y bajo
horas bajo el sol, que fue lo que propicio la mayoría de las muertes. Unos de
los puentes del ferrocarril de la muerte es el que está sobre el rio Kwait(anteriormente
mencionado) . Este ferrocarril tuvo solo
mano de obra humana y no se utilizaron maquinas, solo picos y dinamita.
El museo de Hellfire pass estás al lado unos de esos pasos
rocosos que costó mucho construir para que pasara la vía del tren, y en el que
se perdieron un montón de vidas, al cual llamaron “Hellfire pass”.
Una vez aprendido un poco de historia nos fuimos el templo
de los tigres. Aquellos es una atracción en la cual unos adiestradores, entre
los que se encuentran también monjes, te dejan tocar y hacerte fotos con unos
pedazos de tigres que lo flipas. Es una sensación súper chula poder tocarlos
sabiendo que de un bocado te arrancan medio costado. El recinto es muy grande y por allí hay sueltos ciervos,
búfalos, jabalíes, las crías de todos ellos y montón de animales más. También
había una especie de osos que no sabía muy bien de qué tipo eran.
Una vez que los tigres están bien comiditos y tranquilos, un
guía te acompaña para que toques unos cuantos
de ellos. La sensación es Guau¡¡ guapa guapa. A mi están cosas me
encantan. Después de tocarlos todo el mundo, los tigres hacen sus ejercicios
diarios y luego los sueltan por su recinto de nuevo.
Después hacernos las fotos con los tigres grandes nos fuimos
a ver a los pequeños. Y esto sí que fue una pasada, con uno estuve jugando
incluso un poco y le tocaba la pedazo de zarpa que tenía,Increiblr¡¡. Sería de
grande como un bóxer, pero la zarpa que tenia intimidaba un montón. Es una
pasada.
Después de estar con los tigres nos montamos en una
furgoneta que nos trajo de vuelta, tras cuatros horas, a Bangkok. Una vez en Bangkok,
nos fuimos a cenar y luego buscamos un hotel para poder dormir cómodamente.
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